Cada 29 de junio se celebra el
Día del Papa o día de San Pedro y San Pablo, siervos de Dios en el Nuevo
Testamento de la Biblia. Esta fecha es una de las mayores celebraciones
religiosas para los cristianos católicos y ortodoxos. Actualmente, el cargo es
ejercido por el argentino Jorge Mario Bergoglio, papa Francisco.
El Papa es el representante de Dios en la tierra, cabeza de la Iglesia
Católica y el soberano del estado de la Ciudad del Vaticano. Él está pendiente
de todos los hechos que realiza la población mundial y en muchos casos
interviene en temas sensibles como las guerras, para buscar la Paz.
El papado nació -según la Iglesia Católica- cuando Jesucristo encargó a
Simón Pedro edificar su iglesia. “Y yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta
piedra, Yo edificaré mi Iglesia y el poder del infierno no prevalecerá contra
ella. A ti te daré las llaves del Reino de los cielos; y todo lo que atares
sobre la tierra será también atado en los cielos; y todo lo que desatares sobre
la Tierra será también desatado en los cielos", se señala en el libro de
Mateo, 16, 18-20.
Desde ese momento han existido 266 papas en los dos milenios de historia
del catolicismo. El Papa, como jefe supremo de la Iglesia, tiene las mismas
facultades de los obispos, pero algunas exclusivas como la canonización,
nombramiento de cardenales, y la potestad de declarar dogmas.
El Papa Francisco ha dedicado una reflexión superlativa a la
belleza de ser padres y el peligro de los papás ausentes.
En dos
momentos, el pasado 28 de enero y
el 4 de febrero de
2015, el Obispo de Roma compartió un mensaje que ha sido emblemático al
percibir el mal que aflige a tantas familias: ¿Juegas con tus hijos?,
¿Visitas a tus padres enfermos o ancianos? ¿Escuchas a los adolescentes y jóvenes cuando te hablan? O ¿acaso eres un padre dedicado sólo al trabajo y
te pierdes de lo esencial?
Pero,
el Papa con maestría, asimismo, manifiesta la belleza de ser padres recordando
que “también san José fue tentado de dejar a María, cuando descubrió que estaba
embarazada”.
He aquí 7
consejos extraídos de las catequesis dedicadas al tema de la familia
del Papa Francisco para ser mejores padres y crecer con tus hijos:
1. Un
padre no quiere hijos iguales a sí mismo, sino hijos sabios y libres:
“Seré
feliz cada vez que te vea actuar con sabiduría, y me emocionaré cada vez que te
escuche hablar con rectitud”.
“Y para
que pudieras ser así (sabio), te enseñé lo que no sabías, corregí errores que
no veías. Te hice sentir un afecto profundo y al mismo tiempo discreto”.
2.
Rigor y firmeza, antes que complicidad y protección. Mejor padres incomprendidos que
endebles.
“Te di
un testimonio de rigor y firmeza que tal vez no comprendías, cuando hubieses
querido sólo complicidad y protección”.
“Un
padre sabe bien lo que cuesta transmitir esta herencia: cuánta cercanía, cuánta
dulzura y cuánta firmeza. Pero, cuánto consuelo y cuánta recompensa se recibe
cuando los hijos rinden honor a esta herencia. Es una alegría que recompensa
toda fatiga, que supera toda incomprensión y cura cada herida”.
3. Un
padre presente en la familia, cercano a la esposa y sus hijos
Un
padre presente en la familia: “que sea cercano a la esposa, para compartir
todo, alegrías y dolores, cansancios y esperanzas. Y que sea cercano a los
hijos en su crecimiento”.
Un
padre presente siempre: “cuando juegan y cuando tienen ocupaciones, cuando son
despreocupados y cuando están angustiados, cuando se expresan y cuando son
taciturnos, cuando se lanzan y cuando tienen miedo, cuando dan un paso
equivocado y cuando vuelven a encontrar el camino”.
4. Un
padre presente no es un padre controlador
Decir
presente no es lo mismo que decir controlador. Porque los padres demasiado
controladores anulan a los hijos, no los dejan crecer.
5. Un
padre bueno es un padre paciente
El Papa
recordó esa extraordinaria parábola llamada del “hijo pródigo”, o mejor del
“padre misericordioso” (cf. 15, 11-32). “Cuánta dignidad y cuánta ternura en la
espera de ese padre que está en la puerta de casa esperando que el hijo
regrese”.
Los
padres deben ser pacientes. Muchas veces no hay otra cosa que hacer más
que esperar; rezar y esperar con paciencia, dulzura, magnanimidad y
misericordia.
6. Sabe
perdonar y no humilla, pero tampoco es débil o complaciente
“Un
buen padre sabe esperar y sabe perdonar desde el fondo del corazón. Cierto,
sabe también corregir con firmeza: no es un padre débil, complaciente,
sentimental. El padre que sabe corregir sin humillar es el mismo que sabe
proteger sin guardar nada para sí”.
7. El Padrenuestro
vivido en la paternidad que soleva del fracaso
“Sin la
gracia que viene del Padre que está en los cielos, los padres pierden valentía
y abandonan el campo. Pero los hijos necesitan encontrar un padre que
los espera cuando regresan de sus fracasos. Harán de todo por no admitirlo,
para no hacerlo ver, pero lo necesitan; y el no encontrarlo abre en ellos
heridas difíciles de cerrar”.