ORACIÓN DEL NIÑO A SU MAESTRO
Maestro, tu que has de plasmar mi alma y modelar mi corazón compadécete de mi fragilidad.
No te moleste mi bulliciosas alegría; ¡compártela!
No atiborres mi débil inteligencia con nociones superfluas.
Enséñame lo útil, lo verdadero, lo bello.
Trátame con dulzura, maestro, ahora que soy pequeño.
Cuantos dolores me esperan en la vida: en medio de ellos, el recuerdo de tu benevolencia será estimulo bienhechor.
No me riñas injustamente…ámame, maestro, que yo también, aunque no sepa demostrártelo, te amare mucho…, mañana mas que hoy.
Cultívame, Maestro, como un jardinero sus flores.
Y yo perfumare tu existencia como el incienso perenne del recuerdo y de la gratitud.
Maestro, buen maestro, que has de dar luz a mis hijos, aliento a mi cerebro, bondad a mi corazón, belleza a mi alma, verdad a mis palabras, rectitud a mis actos:
Maestro no desoigas mi oración.
Amen.
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