El CDB define a la diversidad
biológica (o biodiversidad) como la variabilidad entre los organismos vivos de
cualquier fuente incluyendo, entre otros, los ecosistemas terrestres, marinos y
demás ecosistemas acuáticos, y los complejos ecológicos de los que forman
parte. La diversidad biológica también incluye la variabilidad que se produce
en y entre las especies y los ecosistemas. En términos sencillos, puede
entenderse a la diversidad biológica como toda la variabilidad de genes,
especies y ecosistemas, así como los procesos ecológicos de los que depende
toda forma de vida. La diversidad biológica se concentra en ciertas regiones
del mundo. Por cuestiones geográficas, ecológicas y climáticas, países como
India, China, Brasil, México, Perú, Indonesia, Australia, Colombia, Ecuador,
Venezuela, Madagascar y Estados Unidos, entre otros, albergan en sus
territorios las más altas concentraciones de ecosistemas, especies y diversidad
en términos de genes. A ello habría que añadir ciertos ecosistemas marinos y
coralinos donde también se presentan altos niveles de diversidad biológica.
En el caso del Perú, se concentra
un gran patrimonio natural y una riqueza biológica reconocida, pero cuyas
dimensiones reales hasta el momento han sido difíciles de determinar. Según
datos aportados por la Estrategia Nacional de la Diversidad Biológica del Perú
(ENDB), el Perú posee 84 zonas de vida y 17 transicionales de las 104
existentes en el mundo; ocho provincias biogeográficas y tres grandes cuencas hidrográficas.
Registra además una gran diversidad de flora con aproximadamente unas 25,000
especies (10% del total mundial), de las cuales un 30% son endémicas. Es el
quinto país en el mundo en número de especies; primero en número de especies de
plantas de propiedad conocida y utilizada por la población (4,400 especies) y
primero en especies domesticadas nativas (128 especies).
En cuanto a la fauna, el Perú es
el primero en variedad de peces (cerca de 2,000 especies de aguas marinas y
continentales, 10% del total mundial), el segundo en aves (1,736 especies), el
tercero en anfibios (332 especies), el tercero también en mamíferos (460
especies) y el quinto en reptiles (365 especies). También es uno de los países
más importantes en especies endémicas, con al menos 6,288, de las que 5,528
pertenecen a la flora y 760 a la fauna. Es también poseedor de una alta
diversidad genética: es el primer país en variedades de papa (150 especies
silvestres), ají, maíz (36 especies), granos andinos, tubérculos y raíces andinas.
Tiene 4,400 especies de plantas nativas de usos conocidos, destacando las de
propiedades alimenticias (782), medicinales (1,300) y ornamentales (1,600).
Posee cinco formas de animales domésticos: la alpaca, forma doméstica de la
vicuña (Lama vicugna); la llama, forma doméstica del guanaco (Lama guanicoe);
el cuy, forma doméstica del poronccoy (Cavia tschudii), y el pato criollo,
forma doméstica del pato amazónico (Cairina moschata).
Los datos expuestos adquieren
verdadero significado si se tiene en cuenta que la diversidad biológica es, en
realidad, la base material sobre la cual descansa la supervivencia humana y de
las diferentes especies. La diversidad biológica en el ámbito de los
ecosistemas, por ejemplo, es fundamental para la provisión de servicios
ambientales, las especies animales y de plantas son la base para la
alimentación, mientras que, en el campo genético, los recursos genéticos y sus
derivados son fundamentales para las industrias de biotecnológica y
farmacéutica, entre otras.
En términos económicos, la
diversidad biológica del Perú es un pilar de la economía nacional. El 99% de la
pesquería depende de los recursos hidrobiológicos, por lo menos el 65% de la
producción agrícola se basa en recursos genéticos nativos, el 95% de la ganadería
recurre a los pastos naturales nativos y el 99% de la industria forestal emplea
bosques y especies nativas. Asimismo, en el plano internacional se calcula que
el mercado anual de recursos genéticos (desde la investigación biotecnológica
hasta el mejoramiento de plantas domesticadas) es de alrededor de US$ 500-800
mil millones. Más allá de la exactitud de esta última cifra, lo importante es
tener presente la magnitud de la misma. En el caso del Perú y los demás países
megadiversos, esta diversidad coincide a su vez con la presencia de una
importante diversidad cultural y de comunidades indígenas que, durante siglos,
han jugado un rol preponderante en mantener y conservar la diversidad
biológica. En los últimos años, se ha hecho evidente la necesidad de reconocer
a las comunidades sus esfuerzos por conservar ecosistemas y especies alrededor
del mundo, y de establecer mecanismos (en el ámbito de políticas y de normas)
para proteger sus conocimientos, innovaciones y prácticas asociados a la
diversidad biológica.
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