El origen de la devoción a la Virgen de Chapi se ha perdido
en el tiempo. Una vieja tradición cuenta que la imagen fue hallada en un cerro
aledaño a Churajón. Según un documento, fue trasladada a raíz de un terremoto
en 1743, desde el caserío de Paranay al antiguo valle de Chapi, a 4.6
kilómetros del actual Santuario de Chapi, conocido también como Chapi Viejo.
Debido a una serie de desmanes que se cometían durante su
fiesta, en 1793, el párroco de Pocsi ordenó el traslado de la imagen hacia Sogay,
pueblo próximo a Quequeña. Acatando la orden, se procedió a trasladar la
imagen. Ya se había avanzado un buen trecho, cuando la comitiva hizo un alto
para descansar y recuperar fuerzas. En ese momento el viento comenzó a
arreciar, produciéndose una gran tempestad de arena.
Al reiniciar la jornada, por más esfuerzos que hacían los
cargadores no lograron levantar la imagen. Lo intentaron una y otra vez, sin
conseguir el objetivo.
El hecho fue considerado milagroso y se interpretó el hecho
como la voluntad de la Virgen para que su imagen se venere en el sitio en que
se quedó inamovible. Allí se erigió una pequeña ermita para su culto. La
noticia se divulgó por toda Arequipa y los devotos se multiplicaron. Muchos de
ellos llegaban al lugar en romería.
En 1868 se registró un violento terremoto que destruyó la
ermita, pero bajo sus escombros “la mamita” se encontraba ilesa. En su lugar,
se levantó una modesta capilla con los muros hechos de piedra y adobe, y el
techo de paja.
Iglesia de sillar de Virgen de Chapi
Iglesia de sillar de la Virgen de Chapi
A fines del siglo XIX empezó a construirse una iglesia de
sillar en cuyo altar se encontraba la Virgen de Chapi. Sin embargo, en 1921 un
incendio consumió el altar, y la imagen no sufrió daño alguno. Al año siguiente
un sismo afectó seriamente el templo, pero tampoco la imagen se vio afectada.
Estos hechos multiplicaron la devoción hacia la Virgen de Chapi.
Los orígenes del Santuario de Chapi se remontan
aproximadamente al siglo XVIII. No hay certeza de quiénes trajeron la imagen de
la Virgen Chapi desde España.
Probablemente fueron los misioneros franciscanos a
principios del siglo XVIII ya que éstos tenían a su cargo el curato de Pocsi del
cual Chapi era una de sus capillas.
También puede que la hayan traído los misioneros jesuitas
quienes estaban establecidos en Moquegua desde el año 1709.
La primera vez que aparece el nombre de Chapi en un documento
histórico es en 1655.
No se hace referencia a imagen o capilla de la Virgen sino
sólo a un “ballecillo” de poca extensión: “…se bendicen a Españoles y Otras
personas y en particular un Ballecillo de los de otro repartimiento de Pocsi
tienen llamado Chapi.
El nombre de la Virgen de Chapi
Cuando sucedió lo anteriormente narrado viejas quichuístas
que iban en la comitiva oyeron una voz que dijo ” ¡¡Chaypi, Chaypi!!”, otros:
“¡¡Chajchay llallápi!!” y otros: “¡¡Chaj llallápi!!”, expresión que según los
entendidos provienen del quechua y del aymara y que todas expresan más o menos
lo mismo “¡¡Aquicito nomás!!”, “¡¡aquí, aquí!!”, “¡¡aquí nomás!!”, “!!hasta
aquí!!”
Virgen de Chapi
Virgen de Chapi
Fueron entonces estas mismas personas según los mayores los
que dijeron: “La Virgen no sólo quiere quedarse aquí sino que se ha dado el
nombre”.
A partir de ese momento probablemente, se comenzó a conocer
a esta imagen con el nombre de Virgen de Chapi (o sea la Virgen de Aquí).
Ya que hasta entonces -según el P. Málaga- se la conocía
como Nuestra Señora de la Purificación del Valle de Chapi. Lo cual encierra
algo de verdad ya que aunque su nombre actual coincide con el valle (llamado
así por la abundancia de “chapis”, es decir cactus) a sus iguales de Cayma y
Characato siempre se las conoció como la Candelaria de Cayma y la Candelaria de
Characato.
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